Vela fue formándose durante sus diferentes estancias en los mejores obradores de pastelería de la ciudad condal. A lo largo de su dilatada carrera ha ido desarrollando su actividad profesional en lugares tales como Santa Gemma, Vilaplana, Comas, Baixas y Escriba.

Decide profundizar en el mundo de la bombonería y trabaja como chocolatero en Casa Vives durante 8 años.

Sin embargo, el momento cumbre de su formación se produce cuando conoce al maestro Paco Torreblanca, con quien compartiría mesa de trabajo durante un año en Alicante. Este encuentro y la posterior colaboración con Torreblanca, marcarían un antes y un después en la concepción del oficio de Vela.